Cumplimos 35 años, y como en todo buen aniversario es inevitable volver la mirada atrás, en mi caso revivir el momento de nuestra fundación en 1987 donde la pasión, el trabajo y también la incertidumbre, se abrían paso a partes iguales.

Puedo afirmar en este momento, con la visión clara de todo lo que ha sucedido en todos estos años, que nuestro mayor acierto fue y sigue siendo, tener el valor para innovar. Ser capaces de sentirnos cómodos en la incertidumbre que produce avanzar siendo pioneros. Trabajar en una dirección en la que no conocíamos todas las respuestas, pero supimos hacernos las preguntas correctas. Años en los que siempre apostamos por un equipo joven, comprometido, capaz y talentoso. Personas que día a día han remado en una misma dirección y sobre las que se asientan los pilares de esta gran empresa, a las que quiero agradecer desde aquí su inestimable labor. Sin olvidarme de todos nuestros proveedores y empresas colaboradoras a las que también debemos lo que hoy somos.

En esta memoria se describen muchos datos de los que nos sentimos realmente orgullosos pero sin duda, el que a mi me produce especialmente satisfacción, es saber que Grupo Lobe está contribuyendo de manera real a reducir la huella de carbono en España y en nuestro planeta. Trabajamos por dejar a nuestros hijos un mundo mejor a través de la construcción de viviendas sostenibles.

En este momento, el 57% de las viviendas Passivhaus construidas en España han sido construidas por Grupo Lobe, y ya alcanzamos alrededor del 5% a nivel mundial.

Son grandes datos pero detrás hay algo mucho más importante, las miles de personas, en diferentes generaciones, que van a disfrutar de una vida mejor gracias a que hace 35 años decidimos dar un paso adelante y hacer realidad nuestros sueños.

Seguiremos haciéndonos preguntas y asumiendo nuevos retos porque el inconformismo, la innovación y la pasión por lo que hacemos forma parte de nuestra cultura de empresa.